El embarazo en adolescentes es uno de los problemas de
mayor importancia asociados a profundos y rápidos los cambios socioeconómicos y
políticos registrados en el país en los últimos años. Sin embargo poco se
conoce sobre la magnitud de esta problemática a nivel micro social, solo existe
un acercamiento al estudio del embarazo a través de nacimientos a escala
nacional y en menor medida provincial.
Se ha constatado a través de la investigación que la
escuela y la familia hacen muy poco por la educación sexual de las niñas y
adolescentes. Por lo general la tónica es el silencio y el disimulo de los
padres a, maestros que hablan sobre el tema. Los jóvenes buscan información en
otras fuentes, sobre todo entre los amigos o en lecturas poco serias y nada
orientadoras.
Adolescentes en edad cada vez más temprana viven el
drama de la maternidad no deseada, el rechazo de los padres y el desprecio o la
indiferencia de los demás. Sin preparación alguna para la maternidad, llegan a
ella las adolescentes y esa imprevista situación desencadena una serie de
frustraciones, sociales y personales.
Los riesgos y las consecuencias negativas que para la
salud física tiene el embarazo adolescente son bien conocidos tales como.
Complicaciones obstetricias y relacionadas con el embarazo, mortalidad y
morbilidad materna, bajo peso del recién nacido mortalidad y morbilidad de
niños e infantes, aborto en condiciones de riesgos entre otras (1)
Sin embargo, aunque siempre se menciona otros factores
concomitantes, hace falta insistir en el hecho de que los mencionados riesgos
biológicos no actúan aisladamente, sino asociados con factores psicosociales,
económicos, políticos, estructurales y de género.
El enfoque biologicista del embarazo en la adolescente
a dificultado la valoración en toda su dimensión de los riesgos psicosociales
económicos y culturales que pueden no provocar la muerte física de la
adolescente sino comprometer el disfrute de una vida digna y hacerla
profundamente infeliz
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